"(...) con los años, Leopoldo María deja casi de lado la figura del padre y hace caer todo el 'mal' familiar, y el suyo en particular, sobre la figura de la madre, de Felicidad, a la que quiso y detestó casi diría que a partes iguales."
Luis Antonio de Villena, a "Lúcidos bordes de abismo. Memoria personal de los Panero" (Fundación José Manuel Lara, 2014, p. 59), diu això de Leopoldo María Panero i la seva mare Felicidad Blanc. Una de les vegades que Villena es refereix al procés de degradació i embogiment de Leopoldo, diu:
"Cuando (al cabo de un mes, tal vez algo menos) Leopoldo regresó de París, puedo decir mayo de 1982, el Leopoldo que yo había conocido no existía ya. Venía mal. Descuidado en todos los aspectos y casi mudo. Nace el 'Leopoldo/problema' del que tendremos que huir, a menudo, incluso los amigos, por no poder hacernos cargo de él. Por resultarnos de todo punto excesivo. Es el momento en que oigo decir -nunca lo vi, por supuesto- que Leopoldo, extraviado, como perdido, compra un croasán y lo moja en el agua sucia de un charco o en la más repelente aún que corre delgada en los arroyos, junto a la acera. Sí estuve en esos momentos (pero poco, porque ambos tendíamos a partir) con un Leopoldo desastrado que olía fuertemente a suciedad. Que olía francamente mal. Varios lo comprobaron. (...) Algo se rompió en un Leopoldo que nunca estuvo bien, pero que en ese momento desbordó el vaso. Lo malo es que nunca volvió a estar bien." (p. 71, 72)
De vegades cita al mateix Leopoldo:
"Me miro al espejo y me doy miedo". "Nadie quiere a un loco. Te detestan hasta tus mejores amigos". "El Infierno es la única realidad de la existencia". (p. 151)
I al llarg del llibre (també hi surten els altres dos germans, Juan Luis i Michi), de manera reiterada va tornant a la mare:
"Tan sola como básicamente estaba, había decidido dedicarse por entero a ese hijo terrible que la necesitaba, la odiaba y la quería." (p. 119).
Llegeixo aquest llibre i sento esgarrifances. Al pensar en aquesta mare i aquest fill, en la seva relació terrible. Al pensar en altres mares i fills (o filles), amb relacions semblants, amb diferents graus de dolor, pànic, bogeria, desesperació, esgotament... Però sobretot, em fa pensar en una història d'aquest tipus per a mi molt propera, ara ja una mica llunyana, però que encara em neguiteja quan la recordo.
